Cuando Lucía Peláez era muy niña, leyó una novela a escondidas. La leyó a pedacitos, noche tras

noche, ocultándola bajo la 1almohada. Ella la había robado de la biblioteca de cedro donde el tío guardaba sus libros preferidos. Mucho caminó Lucia, después, mientras pasaban los años. En busca de fantasmas caminó por los farallones sobre el río Antioquia, y en busca de gente caminó por las calles de las ciudades violentas.

Mucho caminó Lucía, y a lo largo de su viaje iba siempre acompañada por los ecos de los ecos de aquellas 2lejanas voces que ella había escuchado, con sus ojos, en la infancia.

Lucía no ha vuelto a leer ese libro. Ya no lo reconocería. Tanto le ha crecido adentro que ahora es otro, ahora es suyo.

3) Las palabras almohada (ref. 1) y lejanas (ref. 2), pueden ser sustituidas, sin pérdida de sentido para el contexto, por

a.
cobija y alejadas.

b.
cojín y cercanas.

c.
cobija y distantes.

d.
almohadón y cercanas.

e.
almohadilla y distantes.

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